Un inciso. Alkain nos quiere comentar cómo llegó al mundo de la lectura




Alkain es una abogada comprometida con mil y un causas a la que conocí en el MOC allí por los lejanos 90. Después de leer esta serie de post que inició el malagueño Ignacio Páez y que continué yo con las primeras tres entregas, Alkain me envió un correo con su vivencia. Le dije que lo reescribiera en un documento y que lo iba a calzar aquí como una aportación más en esta aventura del leer. Y así, tal y como lo ha escrito, espero que lo disfrutéis:




Mikel, ¡¡¡es un gusto leerte!!! No solo porque siempre me gusta hacerlo sino porque, en este caso, creo que habría sido la tercera pata de la mesa en la boda donde te encontraste con tu alma gemela en cuestión de lecturas infantiles. La verdad es que durante mi infancia leer fue una de mis mayores fuentes de placer. Lo hacía a diario, con voracidad, no solo novelas, también, y mucho, tebeos, pero cualquier cosa me servía para disfrutar como una enana (periódicos, revistas dominicales, la revista Integral que se compraba mi madre, Cambio 16, Tiempo, ¡¡lo que pillara en mi casa y en casas ajenas!!).


Y es que .... ¡¡el día no me daba para leer todo lo que quería!! Parece mentira, ahora sí que hay que hacer cabriolas para leer lo que realmente uno desea, pero en aquella época la sensación de frustración por tener que apagar la luz era constante (nunca tenía sueño) y siempre había peleas con mi madre (he llegado a hacer de todo, la clásica linterna bajo las sábanas, esperar a que se durmiera todo el mundo para encender al luz, encerrarme en el baño hasta que preguntaran qué me pasaba....) En fin, de todo.


Y dentro de este día a día, los había muy especiales, como los viernes, igualito que tú lo recuerdas, cuando mi padre volvía de Bilbao, del trabajo, y me traía los nuevos tebeos, ¡¡qué ganas!! Me acuerdo de todos los que tú me comentas (¿te acuerdas de en cuál de ellos se publicaba la tira de “diálogo para besugos"?). Y me acuerdo de los domingos leer “El pequeño País”, publicación que echo de menos ahora que soy amatxu porque era un estupendo vehículo para que los niños se engancharan a la lectura de los diarios.


Otro día memorable era el que iba a la biblioteca de mi colegio (no había en mi pueblo ni librería, ni biblioteca municipal, ni nada parecido). El fraile que se encargaba de la misma ¡¡¡ME ADORABA!!! porque no tenía seguidora más fiel. Todas las semanas, sin excepción, agotaba mi cupo de libros y comics (que era limitado, una pena porque yo siempre quería más, pero... ay, la burocracia, si total, casi no iba nadie). Los tebeos eran mi perdición, todas las colecciónes de Super Humor, con todos los clásicos más los no tanto, como sir Tim O'theo, Rompetechos, Superlópez, etc y cómo no, Asterix y Obelix, Lucky Luke, Tintín, Esther, las novelas gráficas de Salgari, Julio Verne, Blueberry, etc.


La verdad que hoy es el día que no puedo estar sin tener un periódico, una revista, un tebeo, un libro a mi lado (si abres mi bolso seguro que encuentras algo porque leo en el autobús, en la cola del banco, donde sea). Y... ¡¡por muchos años!!

Comentarios

Iñaki Murua ha dicho que…
¿Y no le has dicho a Alkain que Tintín es un misógino, etc. etc?
Ya te vale.
MiKeL ha dicho que…
Alkain es más guapa que tú! ;-))) Y supongo además que lo habrá leído, así que no me repito. O sí, mira, Tintín era un moñas.

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