¿Deportes sin vencedores ni vencidos? Ummm...

Hemos cambiado las pistolas, los tirachinas y las espadas de palo de nuestros hijos por balones, consolas y cursillos de tenis, pero eso no los ha hecho menos violentos o más solidarios. Siguen siendo igual de egoístas, pero seguramente más taimados; más capaces de vilezas programadas. Se lo hemos inculcado desde pequeños, cuando los mandamos a la escuela a que los califiquen, cuando les enseñamos a vencer en el deporte y luego a ganar en la vida. Les damos buenos ejemplos, cuando vendemos nuestro viejo piso por el triple de lo que lo compramos, cuando no nos basta con un sólo coche, o cuando viajamos para conocer mundo pero no conocemos al vecino de al lado La mayoría no empuñarán un arma pero serán capaces de mandar a otros a la guerra. Porque en el fondo no ha cambiado nada... porque seguimos preparándolos para imponerse sobre los demás. Kanif , nuestro inquieto donostiarra, se ha cascado un post corto y demoledor sobre cómo educamos, en qué educamos y en último término, par...